Además de comprobar que cada paquete de software empleado por una organización esté correctamente actualizado y validado para cada actividad.
Alternativamente su uso debe adecuarse a ciertos estándares de eficiencia.
Una correcta auditoría de este tipo debe servir para mostrar una imagen real sobre la adaptación al entorno digital de una compañía.
La evaluación requiere de un estudio de los activos informáticos físicos de una compañía y debe ir más allá considerando la práctica y el uso de estándares.
Debe existir un constante seguimiento a las actualizaciones informáticas y su aplicación empresarial.